Despertar
un domingo y mirar al sol como a un adversario. Recordar con enfado que ya es
momento de regar las plantas. Atravesar un parque despoblado sin siquiera mirar
los árboles. Comprar comida hecha u
olvidarse de comer. Acariciar sin ganas a la gata mimosa. Abrazar sin risas al
amigo entrañable. Andar por las bulliciosas calles como un sordo. Pedir que no
moleste al vagabundo que estira su mano. Caminar despacio cuando es muy tarde. No
temer nunca más al jefe despiadado. Escuchar con desinterés la sugerencia del
médico. Sentir un nudo en la garganta a cualquier hora. Dormir con la compañía
del televisor encendido. Despertar el lunes y mirar al sol como un adversario.
Esto también es amor. Implacable amor.
viernes, 22 de noviembre de 2013
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